miércoles, 1 de abril de 2015

Botox o Ácido Hialuronico 


¿Botox?
La toxina botulínica, también llamada «botulina», es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. Se trata de uno de los venenos más poderosos que existen.




Como agente de intoxicación o envenenamiento produce el botulismo, enfermedad que se caracteriza por el desarrollo de alteraciones vegetativas (sequedad de boca, náuseas y vómitos) y parálisis muscular progresiva que puede llegar a ser causa de muerte al afectar la función respiratoria.
La capacidad que posee la toxina botulínica para producir parálisis muscular por denervación química se aprovecha para usarla como medicamento en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y como producto cosméticopara tratamiento estético de las arrugas faciales.
Una forma diluida de la toxina botulínica tipo A, se considera hoy en día que es uno de los tratamientos que ofrece mejores resultados para eliminar las arrugas o tratamiento de la ritidosis. Esta forma de toxina botulínica, tras su infiltración con una aguja extra fina en el músculo debajo de la piel de la zona que se desea tratar, actúa inhibiendo por relajación el movimiento muscular. Con este efecto se pretende que desaparezcan las arrugas y por tanto proporcionar un aspecto más juvenil en la piel. Tiene una duración temporal, entre 3 a 6 meses, lapso después del cual debe renovarse la dosis. Rara vez se han dado casos de efectos secundarios como reacciones alérgicas, rigidez facial o náuseas.
Es un tratamiento poco doloroso que tiene las ventajas de no necesitar un tiempo de recuperación ni tampoco de cuidados y a diferencia de otros tratamientos de rejuvenecimiento de la piel, no hay problemas en exponer la piel al sol.
La marca comercial más conocida de esta forma de toxina botulinica cosmética es Botox®, medicamento producido y registrado por la empresa Allergan, Inc. de Irvine, California, que obtuvo la aprobación oficial en EE.UU en abril de 2002, para uso estético. En la actualidad se comercializan en el mundo otras presentaciones comerciales de la toxina botulínica de tipo A para uso estético con indicaciones semejantes a las del Botox® pero se debe tener en cuenta que esta es una marca registrada que no puede usarse como nombre genérico y el paciente debe ser oportuna y claramente informado sobre el tipo y marca del medicamento o presentación de la toxina que le va a ser aplicado. Otras marcas conocidas son Dysport®, Lantox®, Neuronox® (también conocida como Siax®) y Xeomeen®.

¿Qué es el ácido hialurónico?

El ácido hialurónico es una sustancia compuesta de carbohidratos complejos (polisacárido) que se encuentra en numerosos tejidos y órganos de nuestro cuerpo como, por ejemplo, en los cartílagos y huesos, y especialmente en la piel. Una persona de unos 70 kilogramos de peso puede contener 15 gramos de ácido hialurónico. De esta cantidad, un tercio se degrada y sintetiza cada día. Con el paso del tiempo, la presencia de esta sustancia disminuye notablemente, lo que produce, entre otras razones, el envejecimiento de la piel y, con ello, la aparición de arrugas, flaccidez o pérdida de firmeza.
 

¿Cómo actúa?
La principal virtud del ácido hialurónico es su capacidad de retener miles de veces su peso en agua (tiene como propiedad física principal la capacidad de absorber agua hasta aumentar 50 veces su peso en seco). Dicha capacidad para retener agua le convierte en un excelente aliado para hidratar la piel, protegerla de los radicales libres, incrementar el nivel de colágeno y también como cicatrizante. Es un producto biocompatible, ya que está presente en nuestro cuerpo, y asimilable; no causa ninguna complicación. Su uso en cosmética se conoce desde 1996.

El ácido hialurónico, además de formar parte de la piel, está presente también en otros tejidos del organismo como el cuerpo vítreo,  vasos sanguíneos, cartílagos, huesos y líquido sinovial, ejerciendo en estos tejidos  una acción fundamentalmente de lubricación y amortiguación. 

A partir de cierta edad, entre los 25 y 30 años, el ácido hialurónico presente en nuestro cuerpo empieza a disminuir. A los 60 sólo conservamos el 10%. Al tratarse del principal responsable de la conservación del agua en las células, esta reducción comporta una serie de complicaciones para la piel (aparición de síntomas de deshidratación y falta de elasticidad). Para compensarlo, podemos suplir esta carencia con aportaciones externas de ácido hialurónico.

Cirugía de relleno 
El ácido hialurónico para cirugía de relleno puede utilizarse en forma de varias densidades. La elección del grado de reticulación óptimo, depende de la zona de implantación. En el caso de las arrugas de expresión, a mayor profundidad de la arruga, mayor densidad del ácido hialurónico elegido para el tratamiento. El ácido hialurónico crea una malla que da una firmeza inmediata a la zona tratada mejorando visiblemente su aspecto.  

En función de la elección de la densidad, sus efectos se pueden mantener de 6 a 18 meses.

La aplicación repetida va prolongando el efecto de modo que las arrugas son progresivamente menos notorias y se puede espaciar cada sesión.

 
Acido hialurónico por vía tópica
En Dermatología antienvejecimiento, tal y como hemos comentado anteriormente, el ácido hialurónico posee interesantes propiedades gracias a su gran capacidad de retención de agua y a que forma una barrera sobre la piel que retiene las moléculas de agua y previene su pérdida transepidérmica.


Usos y propiedades del ácido hialurónico en cosmética

En cosmética el ácido hialurónico se usa en cremas, ayudan a mantener la piel más hidratada, lociones e inyecciones de relleno.
Algunas de las propiedades del ácido hialurónico son:
  • Corregir, mediante el relleno, pequeñas cicatrices.
  • Rellenar las arrugas de los labios.
  • Dar volumen a los labios.
  • Perfilar los pómulos o el mentón.
  • Corregir pequeñas arrugas y líneas de expresión.
  • Elevar las cejas.
  • Borrar las patas de gallo.
  • Depresiones, pliegues y otros defectos.

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